domingo, junio 03, 2007

La sombra del ciprés es alargada ...

Después de unas semanas, hoy he decidido escribir algo. Ha comenzado la XXX edición del torneo de fútbito de San Pedro de Mungia, en concreto, comenzó el sábado de la semana pasada.

Qué ha cambiado desde que terminó el torneo de Uribe Kosta ? Si no dijese que Janire nos ha abandonado, por motivos personales y tenemos nuevo entrenador, Andoni, nada ha cambiado, o sí ?

Dos partidos del torneo de fútbito de San Pedro, con la siguiente estrategia, equipo A que sale desde el inicio y que trata de encarrilar el partido, una vez encarrilado el partido, sacamos al equipo B. Volvemos a los orígenes. Tropezamos con la misma piedra. Algunas veces pienso que somos masoquistas. Craso error el nuestro, el de marcar diferencias entre los niños a edad tan temprana. El ejemplo de hoy ha sido vergonzoso, a mi entender; el equipo A va ganando 4-6, sacamos al equipo B y nos empatan y como queda muy poco tiempo y no sé si hay miedo a que nos ganen o es un intento de ir a ganar cambiamos de nuevo al equipo A. Incluso uno de los niños se queda sin jugar. En fín, más de lo mismo.

Algunos pensarán que vuelvo a las andadas, que pretendo presionar al entrenador. Equivocados están, sólo quiero que vean que ese no es el camino. "El resultado de un partido no puede ser causa para que un niño se quede sin jugar". E incluso que otros jueguen muy poco tiempo. Ahora de lo que se trata es que los niños aprendan y disfruten.

La solución no pasa por dejar de asistir a los torneos, y tampoco pasa por hacer convocatorias. Tampoco podemos justificar todo esto, eso sí, a mi entender, diciendo que estamos en una competición. Creo que se ha dicho en este blog que podemos competir hasta donde nosotros queramos, pero creo que hay una línea que nunca debimos trasvasar: dejar sin jugar a un niño por culpa del resultado. Creo que todos coincidiréis conmigo que esto no lo permitiriamos dentro de cualquier actividad (no deportiva) en la escuela, entonces por qué lo permitimos en el deporte escolar ? Y mientras vayamos a los torneos representando a Legarda, tenemos que tener muy presente los objetivos que se marcan desde Legarda y los valores que tenemos que transmitir.

La solución está en que admitamos, que tienen que jugar todos los niños y más o menos el mismo tiempo, independientemente de los resultados y que nos marquemos como principal objetivo: el aprendizaje y disfrute de todos los niños.

Quizás algún día nos demos cuenta que estamos equivocados. Eso sí, espero que ese día no tarde en llegar, por el bien de todos.




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